lunes, 1 de noviembre de 2010


Pelo larguito, medio liso, medio ondulado y castaño oscuro, ojos marrones y preciosos. Los dientes un poco descolocados, sin pecas, pero si un lunar. No muy alto, pero tampoco bajito. Deportista y flaco. Amigo de sus amigos y honesto. Puedes confiar en el, sabiendo que no te fallara nunca. Si le jodes, te jode el a ti. No sera un bellezon, ni tampoco perfecto, pero aun asi es lo mejor del mundo...

pensar en positivo? para que?


Querría decirle "¿quién ha ocupado mi sitio?" Mi sitio. Ya. "¿Por qué pensabas que tenías uno?", podría contestarme. Entonces me quedo callada, me quedo en silencio. Y de nuevo su risa. Y otra vez... Otra vez tú. Pero no teníamos que volver a vernos... Y siento todo mi dolor. Lo que no sé, lo que no he vivido, lo que ahora me falta. Para siempre. ¿Cuántos brazos te han estrechado para convertirte en lo que eres? Cuánta razón tienes. Qué cierto es. Qué importa. Al fin y al cabo, él no me lo dirá, por desgracia. Por eso me quedo en silencio. Y le miro. Pero no le encuentro. Entonces voy a buscar esa película en blanco y negro que ha durado mucho tiempo. Toda una vida. Esos días pasados. Lejos. Sin conseguir darme una explicación. Arañandome las mejillas, pidiendo ayuda a las estrellas. Fuera, en el balcón, viendo como alguien se fuma un cigarrillo. Siguiendo después ese humo hacia el cielo, arriba, más arriba, más ahún... Allí, donde precisamente habíamos estado nosotros. Cuántas veces he nadado en ese mar nocturno, me he perdido en ese cielo azul, llevada por los efluvios del alcohol, por la esperanza de encontrarlo otra vez. Arriba y abajo. La primera estella a la derecha y despues todo recto hasta la mañana. Y otras muchas. Y a todas les preguntaba: "¿Le habéis visto? Por favor... He perdido mi estrella. Mi isla, que no existe. ¿Donde estará ahora? ¿Qué estará haciendo? ¿Con quién?"
Y a mi alrededor, ese silencio de esas estrellas entrometidas. El ruido molesto de mis lágrimas agotadas. Y yo, estúpida, buscando y esperando encontrar una respuesta. Dadme un porqué, un simple porqué, cualquien porqué. Pero que idiota. Ya se sabe. Cuando un amor se acaba se puede encontrar todo, excepto un porqué.
Cada vez que miro al cielo pienso en que es el mismo cielo que ves tú.

gracias


                       con un simple "sí quiero" me prometes un "hasta que la muerte nos separe"

you and me forever


Oigo una risa. Su risa. La risa de el que he añorado, de el que he buscado, de él, que ha sido mi sueño de mil noches. ¿Cuántas veces hurgando en los recuerdos, apartando momentos dolorosos, peñascos de desilusión, he llegado allí, al fondo, hasta encontrar esa sonrisa? Y ahora está aquí, frente a mí. Y la comparto con otras personas. Todo lo que era mío, sólo mío. Y repentinamente me veo corriendo a través de un laberinto hecho de momentos: Nuestro primer encuentro, el primer beso, la primera vez.... La explosión enloquecida de mi amor por ti. Y en un instante recuerdo todo lo que no he podido decirte, todo lo que hubiera querido que supieras, la belleza de mi amor. Eso es lo que hubiera querido mostrarte. Yo, simple cortesana admitida en tu corte, arrodillada delante de tu simple sonrisa, frente a la grandeza de tu reino, hubiera querido mostrarte el mío. Sobre una bandeja de plata, abriendo los brazos en una reverencia infinita, mostrándote mi regalo, lo que sentía por ti: un amor sin límites. Aquí tienes, mi señor, ¿ves?, todo esto es tuyo. Sólo tuyo. Más allá del horizonte. Y aún más, más allá del cielo y más allá de las estrellas, y aún más, más allá de la luna y más allá de lo que se esconde. Eso es, éste es el amor que siento por ti. Y aún más, Porque esto es sólo lo que podemos saber. Te amo por encima de todo aquello que no podemos ver, por encima de lo que no podemos conocer. Ya está, eso es quizá lo que también hubiera querido decirte. Pero no pude. No pude decirte nada que tuvieras ganas de escuchar. ¿Y ahora? ¿Qué podría decirle ahora a ese chico? ¿A quién puedo mostrarle las maravillas de ese gran imperio que le pertenecían? Te miro y ya no estás. ¿Donde te has metido? ¿Donde está esa sonrisa que me convertía en náufrago de certezas, pero tan segura de felicidad? Querría escapar pero no hay tiempo, ya no hay tiempo.